Dios te eligió
Dios te eligió: “—Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté (Jeremías 1:5).
Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo (Efesios 1:5).
Hecha esta oferta, este regalo lo tenemos que aceptar, tenemos que hacer la elección correcta porque somos predestinados a ser salvos.
»Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir! (Deuteronomio 30:19).
La salvación eterna está disponible para todo ser humano. Jesús murió, resucitó e intercede para que nuestra salvación esté asegurada. ¡Qué enorme privilegio saber que Dios nos conoce y nos escoge desde antes de nuestro nacimiento y nos hace predestinados a ser salvos! Esta razón debería ser suficiente para sentir un sano orgullo, un gozo inefable por lo que Dios ha hecho por nosotros.
Si te tienta el pensamiento de no ser apto para algo, piensa que ya eras apto desde el vientre de tu madre, porque Dios te eligió. Solo tienes que elegirlo a él.