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Si hubo un tiempo en nuestra historia en el que necesitamos humillar nuestras almas delante de Dios, es ahora.

Daniel no confió en su propio poder moral. La oración era para él una necesidad. Hizo de Dios su fortaleza,.

Jesús instó a las personas a reconocer la necesidad de la oración, el arrepentimiento, la confesión y el abandono del pecado.

Cristo oró al Padre, mostrando que la naturaleza humana requiere todo el apoyo divino que el ser humano puede obtener.

Cristo, a menudo, pasaba toda la noche en oración. No oraba por sí, sino por todas aquellas personas a quienes había venido a salvar.

Varias veces por día deben consagrarse momentos a la oración y al estudio de las Escrituras para que la vida espiritual exista en el alma.

La oración es una necesidad porque es la vida del alma. Es la comunión secreta con Dios la que sostiene la vida del alma.

Aunque Cristo había dado la promesa a sus discípulos de que recibirían el Espíritu Santo, esto no disminuyó la necesidad de la oración.

La gracia es la mano de Dios que baja a la tierra. La fe es la mano de la persona que se extiende hacia arriba para asir la de Dios.