La oración de todas las mañanas
Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primera actividad. Sea tu oración: “Dios mío, tómame en tus brazos de amor. Pongo todos mis planes en tus manos. Úsame hoy en tu servicio. Vive en mí, y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios, y será así cada vez más semejante a la de Cristo.