Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.
Mateo 6:6
La oración es una necesidad porque es la vida del alma. La oración en familia, la oración en público, tienen su lugar, pero es la comunión secreta con Dios la que sostiene la vida del alma.
Es tan conveniente y esencial para nosotros orar tres veces al día. La oración es la vida del alma, el fundamento del crecimiento espiritual.
Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios, y será así cada vez más semejante a la de Cristo.
La religión debe comenzar por vaciar y purificar el corazón, y debe nutrirse de la oración diaria. El Señor es mi fuerza y mi escudo.
Dios está esperando para derramar la plenitud de sus bendiciones. Hay de nuestra parte mucha cavilación para presentarle nuestras necesidades.
Aunque Cristo había dado la promesa a sus discípulos de que recibirían el Espíritu Santo, esto no disminuyó la necesidad de la oración.
Si el Hijo de Dios sintió la necesidad de orar, ¡cuánto más nosotros, debemos sentir la necesidad de orar con fervor y constancia!
