La oración nos capacita para vivir en la luz de la presencia de Cristo
Me levanto temprano, antes de que salga el sol; clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras.
Salmos 119:147
Es nuestro privilegio abrir el corazón y permitir que los rayos de la presencia de Cristo entren en él. Mira esa luz. Ponte en contacto verdadero y personal con Cristo, para que puedas ejercer una influencia edificante y revitalizante. Que tu fe sea fuerte, pura y firme. Que la gratitud a Dios llene tu corazón. Cuando te levantes en la mañana, arrodíllate junto a tu cama, y pídele a Dios que te fortalezca para cumplir los deberes del día, y hacer frente a las tentaciones. Pídele que te ayude a poner en tu obra la dulzura del carácter de Cristo. Pídele que te ayude a pronunciar palabras que inspiren esperanza y ánimo a quienes te rodean, y que te acerquen al Salvador.