La oración nos conecta con el cielo

13 Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. 14 Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. 15 Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. 16 Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. 17 Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. 18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.

Efesios 6:10-18

Si te vistes con toda la armadura de Dios y dedicas algún tiempo diariamente a la meditación, la oración y el estudio de las Escrituras, te vincularás con el cielo y ejercerás una influencia salvadora y transformadora sobre quienes se relacionan contigo. Tuyos serán los grandes pensamientos, las nobles aspiraciones, y las claras percepciones de la verdad y el deber para con Dios. Anhelarás la pureza, la luz, el amor y todas las gracias de origen celestial. Tus sinceras oraciones penetrarán a través del velo. Poseerás una confianza santificada para comparecer ante la presencia de Dios. Tendrás conciencia de que la luz y la gloria del cielo son para ti, y te convertirás en una persona refinada, elevada y ennoblecida por causa de esta asociación íntima con Dios. Tal es el privilegio de un verdadero cristiano.