Podemos llamar a Dios nuestro Padre
Cristo desea vivir en nosotros. Y nosotros podemos vivir en él, y sentirnos a gusto con Jesús. Sus promesas llenan nuestra vida. Nuestra paz es como un río; ola tras ola de gloria inundan el corazón, y, sin duda, cenamos con Jesús y él con nosotros.
»¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.
Apocalipsis 3:20
Tenemos la sensación de que comprendemos el amor de Dios y descansamos en su amor. Ningún lenguaje puede describir esto; está más allá del conocimiento. Somos uno con Cristo; nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Sentimos la seguridad de que cuando se manifieste Aquel que es nuestra vida, entonces también seremos manifestados con él en gloria. Con profunda confianza podemos llamar a Dios nuestro Padre.
Cuando Cristo—quien es la vida de ustedes—sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.
Colosenses 3:4